Pongámonos en
situación: Un bebé está jugando por el salón y por accidente se choca con una
silla. La reacción del bebé posiblemente sea empezar a llorar porque le ha
dolido el golpe. Y corriendo va la abuela, abuelo, papá, mamá o quién sea para
auxiliar al bebé y con la intención de consolarlo le dice algo así como: “Ay! ¿La silla te ha
pegado?, ay! Silla mala! Silla tonta!, toma, toma, vamos a darle a la silla!”
¿Os suena?
En un principio parece algo sin importancia y hasta puede
resultar gracioso. Parece que hace efecto porque el bebé se distrae, cambia su
punto de atención en otra cosa y así parece que deja de llorar, incluso puede
que le haga gracia y se ría. Esto no consuela de verdad, sólo tiene el efecto
“distracción”. ¿Pero qué está aprendiendo con esta forma de reaccionar?
Pues he estado
dándole vueltas y he llegado a la siguiente conclusión:
-Le estamos enseñando
a pegar en respuesta o como venganza: Si algo te hace daño, zas!, dale una
torta. Pero responder pegando no va ni a calmar ni minimizar el dolor del
golpe, no consuela, no satisface de verdad. Como comento en el párrafo
anterior, sólo distrae.
-Los niños tiene
una gran capacidad de aprender, lo hacen rápidamente y luego saben aplicar lo
aprendido en otros contextos, saben generalizarlo. Esto puede provocar el
bebe piense: como la silla, si algo me hace daño hay que pegarle, pues a mi
hermanita si me quita un juguete…..hay que pegarle. Y si el gato no me hace
caso, hay que pegarle. Y si mamá me cambia el pañal ahora que no me
apetece….hay que pegarle! Por eso
debemos evitar comportamientos que no queremos que repitan y este es el caso.
-Por último, creo que podríamos estar condicionando algo
importante: El locus de control http://es.wikipedia.org/wiki/Locus_de_control
En el enlace podéis
ver una definición de los locus de control bastante completo. Creo que un buen
posicionamiento del locus de control se puede ir adquiriendo desde el
nacimiento, con nuestras reacciones, nuestros ejemplos y nuestras formas de
abordar cada problema y situación. Cuando le pegamos a la silla, le estamos
diciendo al bebé que es la silla que le ha atacado, que las sillas son “malas”,
que no ha sido él que ha metido la
cabeza debajo o iba demasiado rápido, y que él no puede hacer nada ya que no depende de él y no aprenderá a evitarlo. Quizá sería mejor explicarle
que las sillas simplemente son duras y están en medio del salón y que si tiene
cuidado al pasar cerca de ellas no se dará golpes. Según irá creciendo podremos
evitar actitudes como: “el profe me ha suspendido porque me tiene manía” o de adultos ,“la
columna del parking me atacó”, “siempre me tocan los peores clientes”, y un
largo etcétera.
¿Qué opináis? ¿Qué le decís a vuestro bebé cuando se cae o
se golpea para consolarlo?
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